4 de marzo de 2018
Hoy una nueva comunidad de Siervas de María Ministras de los Enfermos, se erige como signo visible del amor de Cristo,
Salvador de todos, realmente vivo y presente entre nosotros.
L a r a n t u k a
La primera comunidad misionera de Siervas de María Ministras de los Enfermos en Indonesia, recibe la visita de su Superiora General, Madre Alfonsa Bellido, para dar lugar a la Erección Canónica de la Comunidad; viajando desde Roma con destino a la Isla de Flores, la tarde del 27 de febrero, acompañándola en tan larga travesía su secretaria, Madre Francisca Panchuelo.
Dios ha guiado palpablemente los pasos de la Congregación hasta llevarnos a Indonesia. Providencialmente nos ha ido abriendo los caminos de senderos desconocidos y soñados. Nuestras Hermanas dan testimonio de cómo se ha ido materializando nuestro sueño misionero, al experimentar en cada gestión la cálida acogida de la Iglesia local, representada en su Obispo, sacerdotes, religiosas y fieles. Cercanía de encuentro entre ellas: enviadas a llevar dones de fe y amor y los testigos de Cristo que ya están allí y el pueblo que las acoge como a consagradas Ministras de los Enfermos, invitadas a extender su carisma entre ellos.
Todos las han acogido bien, con manifiesta alegría y gozo, recibiéndolas con toda cordialidad como enviadas de parte del Señor para ellos y haciéndolas sentirse queridas, como familiares suyos en la fe y dándoles muestras de la más espontánea disposición a colaborar, correspondiendo así a los propósitos de bien que albergan y motivan a procurar la auténtica comunión humana y cristiana en la que se funda el trato de caridad a dar y recibir, reconociéndose uno en la identidad compartida de hijos de Dios y hermanos en Cristo.
Concluidos los preparativos imprescindibles a toda obra naciente, se da inicio a esta misión contando con que en la fragilidad de los comienzos se fragua la fortaleza de las promesas de fidelidad de Dios. Anteponiendo a este proyecto de evangelización, puesto en marcha secundando el mentado de Jesús, nos apoyamos en su palabra: “He aquí que Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20. En la garantía de esta palabras de Jesús, la Congregación se siente segura, en todo cuanto haya de pasar al abrir caminos, concretar la inserción en las necesidades del pueblo, cimentar sólidas bases de expresión del carisma.
Bajo el amparo de María, Madre y Sierva del Señor, que en Cristo y con Cristo, es la grande y constante Maestra de la obra apostólica-social de nuestra familia religiosa, vivimos confiadas los sucesos de esta misión como signos reveladores de la novedad de este acontecimiento, convencidas de la importancia que tiene continuar extendiéndonos por el mundo.
Las Hermanas llamadas a ser fundadoras de esta comunidad, acogen con veneración las palabras de Madre General, como mensaje impregnado del significado profundo que tienen las palabras dichas directamente al corazón, cuando se siente que van dirigidas marcando comienzos que más adelante llenarán de sentido cada acción realizada. Arrancando con lo que ya es una realidad, contentas de saber que sobre nuestras iniciativas el Señor hará correr su querer y realizará en todo su propósito, toda la Congregación alaba al Señor, se alegra en sus obras y canta su gloria. En palabras salidas del corazón de nuestra Santa Madre Fundadora lo expresamos así: Bendito sea Dios en todo y por todo.
Es la misión de amor y de servicio a los hombres que la Iglesia espera de las Siervas de María Ministras de los Enfermos.