Bodas de Diamante de Sor Consuelo Balliriain
Nació en Olza, Navarra - España. Hizo el noviciado en Madrid. Hace su misión en Roma desde 1966
Con su fidelidad al amor del Señor, ha conocido desde su juventud que la fe es camino seguro por donde transitar apoyada en la gracia de Dios. La experiencia de todos esos años le deja la convicción de que fiarse del Señor y comprometerse con El, dedicándose por amor a socorrer al necesitado y dar consuelo al afligido, da sentido al trabajo y fecundidad al esfuerzo. Aportando a la persona la plenitud de felicidad que ansía conquistar todo ser humano.
Con qué satisfacción llega Sor Consuelo al sesenta aniversario de la ruta por la que soñó andar. Puede mirar hacia atrás trayendo a su memoria la diversidad de sucesos acontecidos en su historia personal.
Ya no es algo que espera turno en su agenda de vida, es una realidad, que cuenta con el recuerdo agradecido de las andanzas recorridas en seguimiento a Jesús, de mano de María, guiada por las huellas de Santa María Soledad y en compañía de sus Hermanas de vocación y Congregación.
La Iglesia y la Congregación celebran el don de Sor Consuelo a la humanidad. Es la razón por la que la comunidad de Siervas de María Ministras de los Enfermos de Roma, ha tenido a bien dedicarle un Día de Festiva Convivencia Comunitaria, siendo el acto más destacado la celebración Eucarística presidida por Rvdo. Padre Francesco Puddu, FSMI.
Junto a nuestras Hermanas de la comunidad de Nápoles, reunidas en fraterna alegría, hemos compartido el pan espiritual y material, con palabras de reconocimiento y gratitud, dando con todo a Sor Consuelo muestras de cariño y merecida admiración.
La hemos acompañado en su deseo de dar gracias al Señor y a la congregación por su vocación de Sierva de María, ya que al sentirse llamada por Dios tomó la decisión de confiar plenamente en el Señor y no se ha vuelto atrás, dedicándole su vida entera. Estos 60 años, sin exagerar, han sido una proclamación de la grandeza del Señor, desde la vivencia de sus Votos Religiosos y ejercicio del carisma recibido para anunciar la salud y la salvación a los enfermos.
¡Qué bien nos sentimos cuando la vida de los demás nos da Razón Para Hacer Fiesta y Motivo Para Celebrar!